Sin duda alguna, el cine es un arte del pueblo y para el pueblo, y el Festival Internacional de Cine Fantástico El Grito lo ha demostrado. La sexta edición inició con la conferencia y proyección «Archivos del cine fantástico tachirense» con los ponentes Carlos Molina, escritor y cineasta tachirense, y el productor audiovisual José Hull Acevedo. Un espacio de historia, cultura y emociones, donde se vio la etapa primigenia del cine en la ciudad cordial, una muestra de los primeros audiovisuales, un conversatorio lleno de pasión, inspiración y recuerdos. Y qué mejor lugar para revivir este viaje que el auditorio del Ateneo del Táchira.
La actividad comenzó con la proyección de una muestra con fragmentos de las primeras películas realizadas en el Táchira, desde el año 1950 hasta el año 2005, a su vez, expertos, cineastas y personas involucradas en los proyectos explican cómo fue el proceso de creación de las primeras obras audiovisuales, los retos que enfrentaron, las técnicas que utilizaron y por supuesto, mencionan el papel fundamental del Cine Club de la UNET (Universidad Experimental de Táchira), una iniciativa que surgió del interés e inquietud de muchos jóvenes estudiantes de cómo hacer cine, llevándolos a poner las primeras semillas del séptimo arte en la ciudad.
Carlos Molina, indudable precursor y padre del cine tachirense, realizó un espectacular y grandioso trabajo en el Cine Club de la UNET junto a muchos jóvenes talentosos de esa época como José Hull, quien fue una de esas semillas que creció a través de los trabajos audiovisuales que lograron desarrollar y crear.
Al mismo tiempo, relatan que en el año 1950 se crea la primera muestra de cine en el Táchira, una obra titulada «Luz en el Páramo», luego en 1977 surge «Como Dios», realizada por el Cine Club de la UNET. En 1985, «Verónica» es el primer cortometraje de cine surrealista del Táchira, también producido y realizado por el Cine Club. Ese mismo año se estrena «Él quiso volar». En 1986 «Tres Mujeres», un corto cuyo guion fue realizado por una docente de la escuela de Comunicación Social de la Universidad de Los Andes, y realizado por el Cine Club. Asimismo, en el año 2005 se estrena «El engaño de Mili», un film que sin duda muestra la excelencia y el crecimiento del cine tachirense.
No podían dejar de proyectar tres de las primeras obras audiovisuales realizadas. Tres joyas que expresan el arte, el compromiso y talento del cine, y que al mismo tiempo transportan a un mundo de creatividad.
La primera proyección fue «El engaño de Mili», una obra llena de drama, misterio y enigmas, realizada en la Quinta Mireya de San Cristóbal. La segunda fue «Terrible Inocencia» de 1989, un film travieso, con gracia pero al mismo tiempo muy singular y peculiar. Para muchos de los presentes en la proyección fue el film favorito por sus tomas, ángulos y edición excepcional. Y la última que se proyectó fue «Círculo Negro» del año 1987, el primer cortometraje animado realizado en Táchira por el Cine Club de la UNET.
Esta travesía por el cine tachirense finalizó con la intervención de Carlos Molina y José Hull Acevedo, donde ambos expresaron cómo fueron sus primeros contactos con el cine, y cómo llevaron a cabo tantas obras audiovisuales, con la ilusión que les causa ver un público lleno de jóvenes amantes del cine, sabiendo que será una generación que continuará la historia del séptimo arte.
Claramente el cine es un movimiento que no puede parar en la ciudad, por ello Carlos Molina ha sido la mente maestra encargada de digitalizar gran parte de la historia fílmica tachirense. Junto al equipo de El Grito, están trabajando en un proyecto alucinante que promete presentar y tener disponible muy pronto el patrimonio cinematográfico del Táchira.
Reseña por Rocío Rangel / Equipo de Prensa Festival El Grito
Video entrevista por Rosana Ramírez / Cortesía de @aqueteveo