Por Óscar Sayago
El 2020 ha sido uno de los años más caóticos en la historia de la humanidad. Uno de los sucesos que ha marcado la pauta fue el resurgimiento del movimiento “Black Lives Matters”, que lucha por la justicia e igualdad de derechos para las personas de color. Siendo un año tan crucial para las personas afroamericanas, grandes productoras se han montado a la ola del movimiento igualitario, sacando nuevas producciones que buscan dar a luz las injusticias que han sufrido a lo largo de los años las minorías, principalmente en Estados Unidos.
Una de estas producciones es “When They See Us”, una miniserie de Netflix que cuenta con la dirección y guión de Ava DuVernay, responsable de la aclamada película “Selma”. Esta miniserie cuenta la historia de cinco adolescentes que se encontraban en el lugar equivocado, y en el peor momento posible.
Kevin Richardson (Asante Blackk), Antron McCray (Caleel Harris), Yusef Salaam (Ethan Herisse), Korey Wise (Jharrel Jerome) y Raymond Santana (Marquis Rodriguez), fueron acusados de la violación de una joven corredora en Central Park, Nueva York; este caso quedó marcado en la historia como “Central Park jogger case”.
Durante cuatro episodios que están diseñados para ser cada uno como una película, viviremos la trágica historia de estos jóvenes que, desde su momento de detención, fueron tratados como criminales.
Justicia ciega
El principal móvil de esta investigación se basó meramente en el racismo y el odio. La furia de una mujer, en este caso representada por Linda Fairstein, que en aquel entonces era fiscal activo que tuvo en sus manos el caso de Trisha Meili (la corredora). El impulso de encarcelar a estos jóvenes estuvo motivado a un sentido de “justicia”, por lo menos desde las confesiones de la fiscal; viendo tanto la miniserie como el documental “The Central Park Five”, es fácil refutar esta percepción.
¿Qué sucede exactamente? Se presenta un caso imposible para la policía de Nueva York, con cinco supuestos implicados que se encontraban en lugares totalmente alejados el uno con el otro (no había forma de vincularlos). Además de esto, todos se encontraban lejos de la víctima, lo que podía descartar que los cinco estuviesen implicados o fueran complices en la violación.
Sin tener forma alguna de vincular a los sospechosos con el crimen, Linda Fairstein y su equipo emplearon tácticas muy similares a las que se ven en Venezuela para poder presentar cargos a los acusados. Se forzaron testimonios sin la presencia de los representantes de los menores: emplearon tortura psicológica, agresión y, sacando provecho de su autoridad para influenciar a los padres, lograron obtener un popurrí de confesiones que solo pudieron atar gracias a la colaboración forzada de uno de los acusados.
¿Qué hacer cuando se pierde todo?
Estos cuatro episodios relatan las atrocidades que vivieron estos chicos, pero, sin duda alguna, el último episodio se consagra fácilmente como el más impactante de la serie. De los cinco detenidos el que se llevó la peor parte de la condena fue Korey Wise, que tenía 16 años al momento del delito.
A diferencia de los otros acusados, que al finalizar el juicio fueron enviados a reformatorios juveniles, Korey Wise fue ingresado a la Isla de Rikers. Esta es una de las prisiones más notorias en Estados Unidos y es que entra en el top 10 de los centros de reclusión de máxima seguridad en el país; también se le conocía por ser una de las peores instalaciones penitenciales, con una de las mayores tasas de ataques y asesinatos dentro de sus paredes.
La historia de Wise se termina convirtiendo en una crónica de desolación, ya que con cada año que pasa se puede ver como poco a poco hay una lucha interna en él para no entrar en un estado de locura. Su historia toma distintos rumbos cada vez que entra a una nueva cárcel, se aprecia tanto la bondad como el odio en cada uno de los lugares que visitó Wise.
El análisis de este personaje en cada una de sus etapas es extraordinario, desde su niñez hasta la adultez. En un principio, Korey se muestra como un niño social, con amigos y hasta con novia. Al ser detenido y encarcelado, empezamos a ver por primera vez una disrupción en su persona. Pasa a ser un individuo inseguro y asocial, con poco contacto con el mundo exterior y tratando de buscar refugio en el mar de sus recuerdos.
Luego de pasar varios años en prisión, en el año 2002, el autor principal del crimen confesó y los cinco de Central Park quedaron exonerados. Un año más tarde presentaron una demanda contra la ciudad de Nueva York por condena injusta y se les otorgó un acuerdo en 2004. Como compensación por la injusticia que les hicieron vivir, recibieron 41 millones de dólares, la compensación más alta jamás entregada por una negligencia judicial.
En conclusión, esta serie busca darle una voz de esperanza a todas las personas que han sufrido injusticias o han pasado por procesos judiciales turbios (como puede ser el caso de Sean Ellis). Pero, principlamente, busca recalcar la injusticia y discriminación por un sistema policial y judicial corrupto.